miércoles, 26 de enero de 2011

Técnicas para inyecciones subcutaneas

La vía subcutánea es una de las cuatro vías parenterales que existen para la  inyección de medicamentos.  Clásicamente, esta vía estaba representada por la administración de insulina, heparina y vacunas.
  1. A la hora de administrar una medicación se debe de actuar sistemáticamente, cumpliendo una serie de pasos:Preparar el material necesario.
  2. Preparar el medicamento.
  3. Elegir el lugar de inyección.
  4. Administrar el medicamento.
El material:
  1. Antiséptico.
  2. Jeringuilla.  Se emplean normalmente las de 1 ml, pues el volumen de sustancia que hay que inyectar no suele superar esta cantidad.
  3. Agujas.  Emplearemos una aguja para cargar la medicación y otra para inyectarla subcutáneamente
  4. Gasas o algodón.
  5. Guantes.
Antes de realizar cualquier procedimiento hay que lavarse las manos y enfundarse unos guantes, que en este caso no es preciso que sean estériles.
  1. Las zonas donde se pueden administrar subcutáneamente los medicamentos son las siguientes:Tercio medio de la cara externa del muslo.
  2. Tercio medio de la cara externa del brazo.
  3. Cara anterior del abdomen.
  4. Zona superior de la espalda (escapular).
  5. Otros lugares que también se contemplan, según la bibliografía consultada, son: el flanco del abdomen, la cresta iliaca y la zona superior y lateral de la nalga.


  1. Los pasos a seguir a la hora de ejecutar la inyección subcutánea son los siguientes:Antes de inyectar el medicamento hay que desinfectar la piel.  Para ello se aplica una torunda impregnada de antiséptico en el centro de la zona elegida.  Posteriormente y con un movimiento que dibuje una espiral hacia fuera, se abarca un diámetro de unos 5 cm.  Con ello “se barren” hacia el exterior los gérmenes de esa zona de la piel, cosa que no se consigue si el movimiento que le imprimimos a la torunda es de derecha a izquierda o de arriba abajo.
  2. Con la mano no dominante, pellizcar la piel del paciente, formando un pliegue de unos 2 cm.  Coger la jeringa con el pulgar y el índice de la otra mano.
  3. Colocar la aguja formando un ángulo de 45 grados con la base del pliegue que hemos formado.  El bisel debe de mirar hacia arriba.
  4. Clavar la aguja en la base del pliegue e introducirla unos 3-4 mm.  Aspirar, para ver si hemos conectado con un vaso.  En caso afirmativo, debemos extraer la aguja y pinchar nuevamente en otro lugar.
  5. Soltar el pliegue e introducir lentamente el medicamento.  El fundamento de estas dos acciones es que con ellas se disminuye el dolor que causa el procedimiento. 
  6. Una vez inyectada toda la sustancia, retirar la aguja.  No se debe masajear la zona.  Se puede dejar una gasa en el lugar de punción, por si refluye algo de líquido.